Charles Spurgeon Collection: Spurgeon - C.H. - Solamente por Gracia (Only by Grace): 06 A+Que es la Fe?

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Charles Spurgeon Collection: Spurgeon - C.H. - Solamente por Gracia (Only by Grace): 06 A+Que es la Fe?



TOPIC: Spurgeon - C.H. - Solamente por Gracia (Only by Grace) (Other Topics in this Collection)
SUBJECT: 06 A+Que es la Fe?

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¿QUE ES LA FE?



¿Qué es esa fe, de la cual se dice: «Por gracia sois salvos mediante la fe»? Existen

muchas explicaciones de la fe; pero casi todas las que he visto, me han dejado más ignorante que

antes de leerlas. Podemos explicar la fe hasta que nadie la entienda. Cierto predicador dijo al leer

un capítulo de la Biblia que iba a embrollarlo, lo que probablemente hizo, si bien intentaba decir

que iba a explicarlo. Espero que no me haga culpable del mismo error. La fe es la cosa más

sencilla del mundo, y tal vez por esta misma sencillez sea más difícil la explicación.



¿Qué es fe?: Podemos decir que la fe se compone de tres cosas: conocimiento, creencia y

confianza.
Primero, viene el conocimiento. ¿Cómo creerán a Aquel de quien no han oído?

(Rom_10:14). Necesito saber de un hecho antes de que me sea posible creerlo. La fe es por el oír

(Rom_10:17). Es preciso oír para saber lo que se ha de creer. «En ti confiarán los que conocen tu

nombre»
(Psa_9:10). Algún conocimiento es esencial para la fe; de aquí la importancia de

conseguir conocimiento. «Inclinad vuestro oído, y venid a mi; oíd, y vivirá vuestra alma» (Isa_55:3), tal era la palabra del profeta antiguo, y tal es la palabra del evangelio todavía. Escudriña

las Escrituras y aprende lo que el Espíritu santo enseña respecto a Cristo Jesús y su salvación.



«Porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que el existe, y que es galardonador de

los que le buscan»
(Heb_11:6). ¡Que el Espíritu Santo te conceda espíritu de conocimiento y de

temor del Señor! Entérate del evangelio: de su buena nueva, de como habla del perdón gratuito,

del cambio de corazón, de la adopción en la familia de Dios, y de bendiciones innumerables de

otras clases. Entérate especialmente de Cristo Jesús, el Hijo de Dios, el Salvador de los

pecadores, unido con nosotros por la naturaleza humana, no obstante de ser Uno con Dios,

siendo así idóneo para actuar como Mediador entre Dios y los hombres, capacitado para colocar

su mano sobre ambos y ser el eslabón entre el pecador y el juez de toda la tierra. Procura conocer

a Cristo Jesús más y más. Procura conocer de un modo especial la doctrina del sacrificio

expiatorio de Cristo, ya que el punto principal en la fe salvadora se fija principalmente en este:

«Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres

sus pecados»
(2Co_5:19).



Procura saber que Jesús fue hecho por nosotros maldición, como está escrito: «Maldito

todo el que es colgado de un madero»
(Gal_3:13). Aprópiate bien de la doctrina de la

substitución de Cristo; porque en ella está el más bendito consuelo para los hijos de los hombres culpables, puesto que Dios «le hizo pecado por nosotros, para que nosotros fuésemos hechos

justicia de Dios en él»
(2Co_5:21). La fe comienza por el conocimiento.



De aquí pasa el alma a la creencia de que estas cosas son verdaderas. El alma cree que

Dios existe y que oye el clamor de los corazones sinceros, que el evangelio procede de Dios, que

la justificación por la fe es la gran verdad que Dios ha revelado en estos últimos tiempos con más

claridad que antes. Luego, el corazón cree que Jesús en realidad de verdad es nuestro Dios y

Salvador, el Redentor de los hombres, el Profeta, Sacerdote y Rey de su pueblo. Todo esto lo

acepta el alma como verdad cierta y fuera de toda duda. Pido a Dios que llegues a esta fe en

seguida. Afírmate bien en la creencia de que la sangre de Jesucristo, el Hijo de Dios, nos limpia

de todo pecado; que su sacrificio expiatorio fue perfecto y plenamente aceptado por Dios en

lugar del hombre, ya que el que cree en Jesús, no es condenado. Cree en estas verdades, como

crees en otras afirmaciones, porque la diferencia entre la fe común y la fe salvadora consiste

principalmente en los objetos de la creencia. Cree en el testimonio de Dios, como crees en el

testimonio de tu propio padre o de algún amigo. «Si recibimos el testimonio de los hombres,

mayor es el testimonio de Dios»
(1Jn_5:9).



Hasta aquí has ido adelantando en el camino de la fe; solo falta una parte más para

completarla, a saber la confianza. Entrégate confiado al Dios de misericordia; pon tu confianza

en el evangelio de gracia; abandona tu alma confiadamente al Salvador muerto y resucitado por

ti; contempla confiando la limpieza de tus pecados en la sangre expiatoria de Jesús; acepta cual

tuya su Justicia Perfecta, y todo estará bien. La confianza es la esencia vital de la fe, sin ella no

hay fe salvadora. Los puritanos solían explicar la fe usando la palabra «reclinación,» en el

sentido de apoyarse reclinado sobre algo. Apóyate con todo tu peso sobre Cristo. Me expresaría

más claramente, si dijera: Extiéndete, recuéstate sobre la Roca de los siglos. Abandónate en los

brazos de Jesús, entrégate, descansa en él. Habiéndole hecho así, has puesto la fe en práctica. La

fe no es cosa ciega, puesto que principia por el conocimiento. No es cosa de conjeturas, por

cuanto la fe se funda en hechos ciertos. No es cosa de sueños, porque la fe encomienda su

destino reposadamente a la verdad de la revelación Divina. Esto es un modo de explicar la fe. No

se si solo he logrado embrollar el asunto.



Permítaseme otra prueba. La fe es creer que Cristo es lo que se dice ser, que hará lo que

ha prometido hacer y esperar que cumpla lo prometido.
Las Escrituras hablan de Jesucristo

como Dios, Dios manifestado en carne humana; como perfecto en su carácter, como sacrificio

expiatorio por nuestros pecados, como quien lleva nuestros pecados en su cuerpo sobre el

madero. Las escrituras hablan de él como de quien ha acabado con la trasgresión, concluido el

pecado e introducido la justicia eterna. La Biblia nos dice, además, que resucitó de los muertos,

que vive para siempre intercediendo por nosotros, que ha ascendido a la gloria, tomando

posesión de ella en favor de su pueblo y que pronto volverá para «juzgar al mundo con justicia y

a los pueblos con rectitud»
(Salmo 98:9). Debemos creer firmemente que así es, ya que así lo

hizo saber Dios el Padre, diciendo: «Este es mi Hijo amado; a él oíd» (Luk_9:35). A este rinde

testimonio también el Espíritu Santo, porque él ha testificado de Cristo tanto por la palabra

inspirada como por diversos milagros y su obra en los corazones de los hombres. Nos es preciso

creer que es verdadero este testimonio.



La fe cree también que Cristo hará lo que ha prometido, él prometió no echar a nadie

fuera, de los que acuden a él, es cierto que no nos echará a nosotros si acudimos a él. La fe cree

que, habiendo dicho: «El agua que yo le daré, será en él una fuente de agua que salte para vida

eterna»
(Joh_4:14), esto debe ser verdad, de modo que si nosotros recibimos de Cristo esta agua

de vida, permanecerá en nosotros y saltará en nosotros como corrientes de una vida santa.



Cualquier cosa que Cristo haya prometido hacer, la hará, y debemos creerlo, ya que de su mano

esperamos el perdón, la justificación, la protección, y la gloria eterna, todo según lo prometido a

los que creen en él.



Luego, viene el siguiente paso necesario. Jesús es lo que se dice ser, Jesús hará lo que ha

prometido hacer, y por lo tanto debemos cada cual confiar en él, diciendo: «Será para mi, lo que

ha dicho ser y lo que ha prometido hacer, y yo me entrego en las manos del que se ha encargado

de la salvación para que me salve a mi. Descanso en su promesa confiando en que hará lo que ha

dicho.» Tal es la fe salvadora, y quien la posee, tiene vida eterna. Cualquiera que fuesen los

peligros y pruebas, tinieblas y temores, debilidades o pecados, el que así cree en Cristo Jesús no

es condenado, ni vendrá jamás a condenación.



Deseo que te sirva para algo esta explicación. Confío en que el Espíritu de Dios lo usará

para llevarte lector, a la paz inmediatamente. «No temas; cree solamente» Mar_5:36). Confía y

reposa en paz.



Pero temo que el lector quede contento con el simple conocimiento de lo que sea preciso

hacer sin nunca hacerlo. Mejor es la fe más pobre actuando que el mejor conocimiento en las

regiones de la fantasía. Lo principal es creer de verdad en Jesús, en este mismo momento. No te

preocupes de distinciones y definiciones. El hambriento come sin comprender la composición

química de los alimentos, la anatomía de la boca y el proceso digestivo; vive porque come. Otro

mucho más sabio comprende perfectamente la ciencia de la nutrición, pero si no come, morirá a

pesar de su conocimiento. Sin duda, hay muchos en el infierno que comprendieron bien la

doctrina de la fe pero que dejaron de creerla. Por otra parte, ni uno de los que confiaron en el

Señor Jesús perecieron, aun cuando nunca supieron explicar bien su fe. Querido lector, recibe al

Señor Jesús, cual único Salvador de tu alma, y vivirás eternamente. «El que en él cree tiene vida

eterna»
(Joh_3:36).