Charles Spurgeon Collection: Spurgeon - C.H. - Tesoro de David (Treasury of David): 068 Salmo 68

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Charles Spurgeon Collection: Spurgeon - C.H. - Tesoro de David (Treasury of David): 068 Salmo 68



TOPIC: Spurgeon - C.H. - Tesoro de David (Treasury of David) (Other Topics in this Collection)
SUBJECT: 068 Salmo 68

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SALMO 68

Es un cántico estimulante y enardecedor. Los primeros versículos eran con frecuencia el canto de batalla de los covenanters y los ironsides, o sea, los firmantes del pacto de reforma religiosa de Escocia y los seguidores de Cromwell; y todo el Salmo presenta en cuadros aptos el camino del Señor Jesús entre sus santos y su ascenso a la gloria. El Salmo es a la vez sumamente excelente y difícil de interpretar. Su oscuridad en algunas estrofas es del todo impenetrable. Algún critico alemán habla de él como de un titán, muy difícil de dominar. C. H. S.

Para muchos críticos ésta es la efusión más elevada de la musa lírica de David. William Binnie

A juzgar por la antigüedad de su lenguaje, su descripción concisa, las expresiones frescas, potentes y, algunas veces, irónicas de su poesía, lo podemos considerar como uno de los monumentos más antiguos de la poesía hebrea. Boettucher

Vers. 1. Levántese Dios. El arca habría sido un pobre líder si el Señor no hubiera estado presente con el símbolo. Antes de movernos, deberíamos, siempre, desear ver al Señor dirigiendo el camino.

Sean esparcidos sus enemigos. Cuando nuestro glorioso Capitán va en vanguardia, esclarece el camino fácilmente aunque muchos traten de obstruirlo; tan pronto como El se levanta, éstos huyen. El ha derrotado a sus enemigos en el pasado, y seguirá haciéndolo en las edades futuras. El pecado, la muerte y el infierno conocen el terror de su brazo; sus filas son desbaratadas cuando El se acerca. Nuestros enemigos son sus enemigos, y en esto se halla nuestra confianza en la victoria.

Y huyan de su presencia los que le aborrecen. El aborrecer al Dios infinitamente bueno es una infamia, y el peor castigo para ello no es demasiado severo. El viene, ve, y vence. ¡ Qué oración tan apropiada es ésta para el comienzo de un avivamiento! Sugiere el modo verdadero de dirigir uno: el Señor dirige el camino, su pueblo le sigue, los enemigos huyen. C. H. S.

No fue trabajo fácil el rescatar almas de las garras de Satanás o arrasar la cárcel de la oscuridad. El enemigo atacó con furor, cubierto con su armadura más poderosa, espumando de rabia, con toda la astucia de que era capaz. Las pasiones malévolas agitaban sus pechos. Pero, con todo, el arca siguió adelante. La cruz no fue un estorbo. La tumba no pudo ser un obstáculo. La muerte no pudo vencer. Las puertas del infierno se abrieron de par en par. Y ahora, desde la gloria del trono, El anima a sus humildes seguidores en su marcha por el desierto. Sus trabajos, conflictos y temores son muchos. Como antaño el arca era la victoria, así también ahora la victoria es Jesús. Henry Law en Cristo lo es todo, el Evangelio del Antiguo Testamento

Vers. 1-3.
Las palabras del texto contienen una oración para el segundo advenimiento del Señor Jesucristo. Como miembros de la iglesia cristiana, continuamente profesamos nuestra fe en el segundo advenimiento de Cristo; y es posible que algunas veces meditemos en su gloriosa aparición; pero, ¿lo hemos adoptado, al igual que David, como uno de los temas de nuestras peticiones al trono de la gracia?... ¿Nos ha permitido nuestra fe capacitarnos para adoptar el lenguaje del texto y decir: «Levántese Dios, sean esparcidos sus enemigos, y huyan de su presencia los que le aborrecen»? Nunca será completo el honor de Cristo, ni su pueblo feliz, ni los justos contentos y gozosos en extremo hasta que Dios se levante y sus enemigos sean esparcidos. Alexander M'caul en Sermones sobre temas prácticos y proféticos

Vers. 2. Como se desvanece el humo. Ellos humean en su orgullo; oscurecen el cielo con su malicia; ascienden más y más en su arrogancia; contaminan el lugar por donde pasan. Señor, que tu aliento, tu Espíritu y tu Providencia hagan que se desvanezcan como el humo de delante de tu pueblo. El escepticismo filosófico es endeble y sucio como el humo; que el Señor libre a su iglesia de esta peste. C. H. S.

«Su fin fue acerbo como el humo» dijo un maestro anciano. «¿Qué quieres decir, maestro?» -le preguntó el discípulo joven-. «Estaba pensando en el fin de los injustos» -replicó el anciano, «y con qué frecuencia yo, como el Salmista, he sentido envidia de los que prosperaban. Sus vidas me han parecido brillantes y he pensado que eran como una ráfaga de fuego resplandeciente en una noche invernal. Pero, cuando los he observado, súbitamente se han desvanecido como la llama que se transforma en humo negro y acre; y he cesado de envidiarlos. No confíes, discípulo mío, sólo en lo que parece brillante, sino observa también su término, para no ser engañado.» Hubert Bower en Parábolas y semejanzas de la vida cristiana

Como se derrite la cera delante del fuego, así perecerán los impíos delante de Dios.
La cera es dura, pero cuando se la pone al fuego se vuelve muy blanda. Los malvados son altivos, pero cuando se ponen en contacto con el Señor desmayan de temor. Roma se disolverá como las velas sobre sus altares, y con igual certeza desaparecerá su impiedad. C. H. S.

Vers. 4. Cantad a Dios, cantad salmos a su nombre. No cantéis por ostentación, sino por devoción; no para ser oídos por los hombres, sino por el mismo Señor.

Alegraos delante de El. Deberíamos evitar la monotonía en nuestro culto. Nuestros cánticos deberían ser solemnes, pero no tristes y cansados. Los ángeles están más cerca del trono que nosotros, pero su reverencia más profunda va unida a la bienaventuranza más pura. C. H. S.

Vers. 6. Mientras los rebeldes habitan en tierra calcinada. Aun cuando Dios se revele en el propiciatorio, algunos persisten en la rebelión, y éstos no tienen que extrañarse de n6 encontrar paz, consuelo o gozo aun allí donde éstos abundan. Estos desgraciados rebeldes en cuanto a las ordenanzas más sagradas y satisfactorias para el alma gritan sin sentido: «¡Qué aburrido es!», y ante el ministerio más vivo y sustentador para el alma, se lamentan de «la necedad de la predicación». Cuando un hombre tiene un corazón rebelde, por necesidad ha de hallar que a su alrededor la tierra está calcinada. C. H. S.

Vers. 8.
La tierra tembló; también destilaron los cielos ante la presencia de Dios; aquel Sinaí tembló delante de Dios, del Dios de Israel. Este pasaje es tan sublime que es difícil encontrar otro igual. Que el corazón del lector adore a Dios, ante el cual la tierra y el cielo, inconscientes, obran como si reconocieran a su Hacedor y fueran conmovidos por un temblor de reverencia. C. H. S.

Vers. 10. Por tu bondad, oh Dios, has provisto para el pobre. Dentro del círculo preservado había abundancia para todos; todos eran pobres en sí mismos y, pese a ello, no había mendigos en el campamento, porque todos podían recoger provisiones celestiales. Nosotros también nos hallamos dentro de la protección del Altísimo que nos circunda, y encontramos sus bondades dispuestas para nosotros; aunque seamos pobres y necesitados por naturaleza, somos enriquecidos por la gracia; las preparaciones divinas en el decreto, el pacto, la expiación, la providencia y la obra del Espíritu nos han provisto una plenitud de la bendición del Señor. C. H. S.

Vers. 11. El Señor daba la palabra; había gran multitud de mujeres que transmitían las buenas nuevas. Las diez mil vírgenes de Israel, como buenas criadas del Señor, despertaban a los durmientes, llamaban a los inseguros y daban prisa a los valientes para entrar en el combate. ¡Oh, si hubiera un celo igual en la iglesia de hoy cuando el evangelio es publicado, y tanto hombres como mujeres ávidamente esparcieran las buenas nuevas de gran gozo! C. H. S.

Hallaréis que, cuando son destruidos los enemigos de la iglesia, el Señor tiene muchos predicadores que enseñan sus alabanzas. La palabra «compañía», en hebreo, es en realidad «ejército», «un gran ejército de predicadores». Un ejército de predicadores es una cosa importante; no ya unos cuantos, sino todo un ejército, esto es glorioso. Ahora bien, hermanos, es bueno tener un ejército de predicadores; pero si este ejército predica de corazón y alma la alabanza de Dios, ésta es una verdadera bendición. William Bridge

Vers. 13.
Sería inútil presentar al lector todas las conjeturas a las que han llegado los eruditos para ilustrar u oscurecer este pasaje. C. H. S.

Mientras reposabais entre las ollas
(versión usada por el autor). Es un pasaje difícil verdaderamente. Si supiéramos lo que se sabía cuando fue escrito este himno, la alusión, sin duda, nos parecería hermosa y apropiada, pero no lo sabemos, por lo que tendrá que permanecer sin aclarar. De las muchas conjeturas, parece tener más sentido la de que de la condición más baja el Señor va a elevar a su pueblo al gozo, la libertad, la riqueza y la hermosura. C. H. S.

Aunque habéis sido tratados por los egipcios como un grupo de pastores despreciables, y tenidos como abominación por esta causa (ver Génesis 46:34). William Green en Una nueva traducción de los Salmos, con notas

Una reprensión contundente. Os halláis en reposo, tranquilos, en vuestra vida pastoral, como la paloma con sus alas inmaculadas en su nido pacífico, ¡mientras que vuestros hermanos pugnan en medio del tumulto y polvo del conflicto! Thomas J. Conant

Mientras reposabais entre las ollas, con todo, seréis como las alas de una paloma cubiertas de plata, y sus plumas con oro amarillo
(versión usada por el autor). Miss Whately, en su obra Vida andrajosa en Egipto, describe alguna de sus vistas desde los terrados de las casas de El Cairo, entre otras cosas interesantes: «Los terrados están llenos de desechos, y si Hasna, la que vende geeleh, no limpiara el suyo de vez en cuando con una escoba de palma, sin duda el terrado se hundiría por lo que se habría amontonado.

»Hay una cosa que al parecer nunca es limpiada, y son los montones de fragmentos de cántaros y ollas rotas, que se acumulan en algún rincón, en ésta y otras casas; y hay algo curioso respecto a ello. Un poco antes de ponerse el sol, gran número de palomas salen de súbito de entre todos estos desechos, donde se han protegido durmiendo durante el calor del día, o picoteando en busca de comida. Se elevan por los aires y trazan grandes círculos, con las alas extendidas, que brillan iluminadas por los rayos del sol poniente, de modo que parecen realmente como si fueran de oro; dando sus vueltas, y vistas bajo esta luz, se ven como de plata fundida, y muchas veces de un blanco puro, y otras veces algo coloreadas.

»Esto puede parecer fantasía, pero el efecto de la luz en estas regiones es difícil de describir para los que no lo han visto; ocaso tras ocaso observamos este vuelo en círculos de las palomas, y siempre vimos el mismo aspecto. Es hermoso ver estas aves elevándose limpias, como siempre, de entre el polvo y la suciedad en que se habían escondido y remontarse por los aires hasta que casi se pierden de vista en las nubes coloreadas por la puesta del sol.

»¡De este modo el creyente, que deja tras de sí las corrupciones del mundo y se vuelve brillante porque el Sol de justicia brilla en su alma, se eleva más y más, cerca y más cerca de la luz, hasta que se pierde de la vista de los que quedan debajo, habiendo pasado a un resplandor desconocido arriba! Miss Whately en Vida andrajosa en Egipto

Vers. 14. Cuando esparció el Omnipotente los reyes allí, fue como si hubiese nevado en el monte Salmón. Un viajero ha descrito que en un día ventoso y crudo vio la ladera de lo que se supone era el monte Salmón barrida por una ráfaga súbita de viento, de modo que la nieve era llevada de acá para allá por el aire, como el polvillo de los cardos o la espuma del mar; así el Omnipotente va a esparcir a los potentados que desafiaron a Israel. Sea cual sea el significado preciso, la intención era retratar la gloria y plenitud del triunfo divino sobre sus enemigos. En esto se gozan todos los creyentes.

Vers. 16. Del monte que deseó Dios para su morada. Elohim hace de Sión su habitación; si, Jehová reside en él.

Ciertamente Jehová habitará en él para siempre. Espiritualmente el Señor habita eternamente en Sión, su iglesia escogida, y la gloria de Sión era el ser un tipo de ello. C. H. S.

Vers. 17. El Señor viene del Sinaí a su santuario. La presencia de Dios es la fuerza de la iglesia; todo el poder es nuestro cuando Dios está con nosotros. Veinte mil carros llevarán el evangelio hasta los confines de la tierra; y miríadas de agentes trabajarán para su éxito. C. H. S.

Por otra parte: «Qué cosa tan terrible es caer en las manos del Dios vivo». El que tiene estos carros y jinetes a su mando para ejecutar su voluntad y vengarse de los que descuidan, aborrecen y se le oponen. John Everard

Vers. 18. Subiste a lo alto. El arca fue conducida a la cumbre de Sión. El antitipo del arca, el Señor Jesús, ascendió a los cielos con las marcas claras del triunfo.

Condujiste cautivos. Como los grandes conquistadores de antaño llevaban naciones enteras en cautividad, así también Jesús se lleva del territorio de su enemigo una inmensa compañía como trofeo de su gracia poderosa. El Señor Jesús destruye a sus enemigos con sus propias armas; da muerte a la muerte, entierra a la tumba y lleva cautiva la cautividad. C. H. S.

Tú has ascendido a lo alto,
etc
. Hubo un glorioso cumplimiento inmediatamente después de su ascensión, en la rica profusión de dones y gracias para su iglesia, como los presentes de David. Aquí recibe; en Efesios da. Recibe para que pueda dar; recibe el despojo para poderlo distribuir.

Pero ahora solamente deseo llamar la atención sobre la parte del pasaje comentada en el siguiente párrafo, titulado «Las grandes bendiciones del ministerio cristiano»:

1. Los ministros son recibidos por Cristo, y El os los da a vosotros. Como hombres, como hombres pecadores, los ministros no son nada, y no quiero hacer ver que sean nada en sí mismos; pero, como dones de Dios, quiero poner mucho énfasis en ellos. Si amáis a Cristo, daréis mucha importancia a vuestro ministro por el hecho de que es «su don», un don designado a suplir la ausencia de Cristo en un sentido; El ha ascendido, pero nos da a sus siervos. Un día esperáis estar con El, pero entretanto sois como ovejas en el desierto. El os da un pastor.

2. Si teméis a Dios, tendréis miedo de tratar mal a vuestro pastor, siendo como es el don de Cristo. Dios tomó a mal que Israel despreciara a Moisés (Números 12:8). «El es mi siervo». Andres Fuller en Bosquejo de un sermón predicado en la ordenación de Mr. Carey

Con todo, digo que, místicamente, este Salmo es un cántico triunfal escrito por el rey David, con la visión anticipada de Jesucristo levantándose de los muertos y con gran gozo y triunfo ascendiendo a los cielos, desde donde envía su Santo Espíritu a sus apóstoles y discípulos; y, una vez vencidos todos sus enemigos, recogiendo por medio del ministerio de sus predicadores a sus iglesias y pueblo escogido, y guiándolos y defendiéndolos aquí en esta vida hasta que los reciba en la gloria eterna. Griffith Williams

La antigua profecía de David se cumple aquí al pie del monte Olivete. El «llevar cautiva la cautividad» significa que Cristo venció a los principados y poderes aliados, al demonio, el pecado, la muerte y el infierno; que les privó de sus instrumentos con los que esclavizaban a los hombres. No sólo puso en silencio al cañón del Gibraltar espiritual, sino que tomó la peña fortificada también. No sólo puso en silencio los muros almenados horribles y destructivos de los enemigos, sino que derribó sus torres, arrasó sus castillos y les arrebató las llaves de los calabozos.

Tan pronto abandonó la tumba empezó a distribuir sus dones, y lo hizo a lo largo de la ruta en su camino de vuelta a la casa de su Padre; y especialmente después de entrar en el cielo de los cielos; envió su lluvia de dones a los hombres, como un poderoso conquistador cargado de tesoros con los que enriquecer y adornar a sus seguidores y a su pueblo. Christmas Evans

El apóstol (Efesios 4:8) no cita las palabras del Salmo literalmente, sino en conformidad con el sentido. La frase «Has recibido dones», aplicada a Cristo en su glorificación, Sólo podía referirse al propósito de distribución y, por ello, el apóstol la cita en el sentido «Diste dones a los hombres.» Esta frase hebrea se puede traducir también: «Tú has recibido dones en la naturaleza humana», o «Tú has recibido dones por amor de los hombres» (ver Génesis 18:28; 2o~ Reyes 14:6). El apóstol usa las palabras en el sentido del propósito para el cual los dones fueron recibidos, y no hay contradicción entre el Salmista y el apóstol.

Así las dificultades de esta cita desaparecen cuando las examinamos de cerca, y el Antiguo Testamento y el Nuevo están en completa armonía. Rosenmuller expone el Salmo 18 y no menciona nunca el nombre de Cristo; y los neologistas en general no ven a ningún Mesías en el Antiguo Testamento. Para éstos, verdaderamente, si tuvieran alguna modestia, Efesios 4:8 representaría un obstáculo formidable. Pablo afirma que el Salmo pertenece a Cristo, y ellos afirman que está equivocado, y que él ha trastocado (De Wette) y destruido su significado. William Graham en Discursos sobre la Epístola a los Efesios de san Pablo

Por encima de todo, consideremos las razones de este don con referencia a sí mismo: el don del Espíritu Santo. ¿No fue para hacer de ti un templo y receptáculo del Espíritu Santo? ¡Piensa un poco en esto! ¡Admira, oh alma mía, la condescendencia y el amor glorioso e inefable de Cristo en esto! Fue amor infinito el descender a nuestra naturaleza cuando se encarnó; pero es más aún el descender a tu corazón por medio de su Espíritu Santo; Él se nos acercó entonces; pero, por si esto no fuera bastante, El viene más cerca ahora, porque ahora se une El mismo a tu persona, ahora viene y reside en tu alma por medio del Espíritu Santo. Isaac Ambrose

Puede considerarse una verdad incontrovertible que David, al reinar sobre el antiguo pueblo de Dios, presentaba en sombra el comienzo del reino eterno de Cristo. Esto ha de ser evidente para todo el que recuerda la promesa que se le hizo de una sucesión que no fallaría nunca, y que fue verificada en la persona de Cristo. Tal como Dios ilustró su poder en David al exaltarlo con miras a la liberación de su pueblo, también ha exaltado su nombre en su Hijo unigénito.

No fue solamente a El a quien Dios enriqueció con los despojos del enemigo, sino a su pueblo; y Cristo ni buscó ni tenía por qué buscar promoción o ventaja alguna, sino que hizo tributarios a sus enemigos para que pudiera adornar a su iglesia con el despojo. Decir de la unión íntima subsistente entre la cabeza y los miembros que Dios manifiesto en la carne recibió dones de los cautivos, es lo mismo que decir que los distribuyó a su iglesia. Con su ascensión al cielo, la gloria de su divinidad ha sido desplegada de modo más ilustre; y aunque ya no está presente entre nosotros en la carne, nuestras almas reciben alimento espiritual de su cuerpo y sangre, y hallamos, a pesar de la distancia en cuanto al lugar, que su carne es comida verdadera y su sangre bebida verdadera. Juan Calvino

Y también para los que se resistían.
Temía también que ésta fuera la marca que el Señor puso sobre Caín, a saber, temor y temblor permanentes bajo la pesada carga de culpa que había caído sobre él por causa de la sangre de su hermano Abel. Así me encogía y acurrucaba bajo la carga que estaba sobre mí, carga que me oprimía tanto que no podía estar de pie, ni andar, ni estar echado, ni en reposo, ni quieto.

Con todo, me venían a veces a la mente las palabras: «Y también tomaste dones para los rebeldes» (Salmo 68:18). «Los rebeldes», pensaba yo; porque, sin duda, éstos son los que un tiempo se hallaban sometidos a su príncipe, es decir, los que habiendo jurado sumisión a su gobierno, habían tomado las armas contra Él; y ésta, pensaba, era precisamente mi condición; un tiempo le amaba, le temía, le servía; pero ahora soy un rebelde, les he traicionado. He dicho que se vaya si quiere; pero, pese a todo, El tiene dones para los rebeldes, y, entonces, ¿por qué no para mí? John Bunyan en Gracia abundante

Vers. 19. Cada día nos coima de beneficios. Los beneficios de Dios no son pocos ni livianos; son muchos y enormes. Ni tampoco son intermitentes, sino que nos vienen «diariamente»; ni están, confinados a uno o dos favoritos, porque todo Israel puede decir: «El nos colmó de beneficios.» C. H. S.

Aunque algunos puede que tengan más que otros, con todo, cada cual tiene su carga, tanto como puede llevar. No todos los navíos llevan la misma vela, y, por tanto, Dios, para evitar un exceso, pone la cantidad que le corresponde para llevarnos con seguridad al cielo, nuestro puerto anhelado. Ezekiel Hopkins

Hay sólo tres cargas que reciben los hombres de Dios: favores, preceptos y castigos. Cuando podríamos haber esperado juicios, he aquí tenemos beneficios; y éstos, no distribuidos con parsimonia, sino entregados a manojos, a gavillas.

¿Por dónde vamos a empezar a considerar esta gran cantidad de misericordias? Por si no nos hubiera dado más que un mundo en que vivir, una vida que gozar, aire para respirar, la tierra que pisar, fuego para calentarnos, agua para refrescarnos y limpiarnos, vestidos con que cubrirnos, alimento para nutrirnos, suelo para renovarnos, casas para cobijarnos, variedad de criaturas para servirnos y deleitarnos, aquí tenemos toda una carga.

Pero si, partiendo de lo que Dios ha hecho por nosotros como hombres, consideramos lo que ha hecho por nosotros como cristianos, vemos que El nos ha abrazado en su amor eterno, que nos ha modelado de nuevo, nos ha dado vida por su Espíritu, nos ha alimentado con su palabra y sacramento, vestido con sus méritos, comprado con su sangre, pasando a ser de viles a gloriosos, de una maldición a revestimos de bendiciones; en un palabra, que El se ha dado a sí mismo por nosotros, su Hijo por nosotros; ¡oh la altura, la profundidad y la anchura de las ricas misericordias de nuestro Dios! ¡Oh carga ilimitada, sin fondo y sin tope, de los beneficios divinos, cuya inmensidad alcanza el mismo centro de esta tierra hasta la extensión ilimitada de los mismos cielos empíreos! Joseph Hall

Vers. 20. Nuestro Dios ha de salvarnos (esto es, liberarnos, la liberación externa); y de Jehová el Señor es el librar de la muerte, ¡o lo que viene de resultas de la muerte! Esto es, Dios tiene todos los medios de llevarnos de la muerte a su propio cuidado; El guarda la llave de la puerta que nos hace salir de la muerte. Dios guarda todos los pasajes; cuando los hombres creen que nos han encerrado en las garras de la muerte, El puede abrir y liberarnos. Joseph Caryl

Vers. 21. Ciertamente Dios herirá la cabeza de sus enemigos. Los pecadores obstinados hallarán que la Providencia los vence a pesar de su obstinación. Cuando tenga lugar la segunda venida del Señor Jesús, sus enemigos hallarán sus juicios más allá de toda concepción, y terribles.

Vers. 22. El Señor dijo: De Basán te haré volver; te haré volver de las profundidades del mar. Así como no hay manera de resistir al Dios de Israel, tampoco hay escape de El; ni las alturas de Basán ni las profundidades del gran mar pueden escondernos de su ojo escudriñador y de la mano de su justicia.

Vers. 23. Porque tu pie se enrojecerá de sangre de tus enemigos, y de ella la lengua de tus perros. Para nosotros, excepto en el sentido espiritual, este versículo nos parece duro; pero leámoslo en el sentido interior y deseando la total destrucción de todo mal, y que el error y el pecado sean objetos de desprecio profundo. C. H. S.

Vers. 26. Bendecid a Dios. Bendecidle; Él «sana todas tus dolencias», etc. (Salmo 103). Esta es una ocupación apropiada para el cielo. Las lágrimas de un enlutado en la casa de Dios se consideraba que contaminaban su altar. Podemos lamentar el pecado; pero un espíritu angustiado, descontento y desagradecido contamina todavía el altar de Dios. Andrew Fuller

Vers. 28. Manda, oh Dios, conforme a tu poder. Tu poder quiere decir lo mejor que hay en ti: todo lo que está dentro de ti; todo lo que puedes hacer, y ser, y llegar a ser; y todo lo que tienes: dos blancas, si esto es todo, y el vaso de alabastro de nardo, muy costoso, si ésta es tu posesión... Por lo que Dios es en sí mismo, por lo que Dios es en nosotros, por la ley en el corazón y por la ley oral y escrita, por el nuevo reino de su amor, y por todos sus beneficios. «Manda, oh Dios, conforme a tu poder.» Él habla desde el principio y desde el fin de los tiempos, desde el caos y desde los nuevos cielos y la nueva tierra, desde Betel y de Getsemaní, desde Sinaí y desde el Calvario, y nos dice: «Hijo mío, dame tu corazón», conságrame lo mejor que hay en ti y dedícame toda tu fuerza. Samuel Martín

Confirma, oh Dios, lo que has hecho en favor nuestro.
Esperamos que Dios bendiga su propia obra. El nunca ha dejado ninguna obra sin terminar, y nunca lo hará. «Cuando estábamos sin fuerza, a su debido tiempo, Cristo murió por los impíos»; y ahora, habiéndonos reconciliado con Dios, podemos esperar, en El para que perfeccione lo que a nosotros se refiere, puesto que El nunca abandona la obra de sus manos. C. H. S.

Vers. 30. A la manada de toros. Las bulas papales y los edictos imperiales que han sido proclamados contra la iglesia del Señor no han prevalecido contra ella, ni nunca lo conseguirán. C. H. S.

Con los becerros del pueblo.
El evangelio, como el arc a, no tiene nada que temer de lo grande o lo pequeño; es una piedra sobre la cual el que tropiece será quebrantado. C. H. S.

Hasta que todos se sometan trayendo sus tributos en piezas de plata.
Los impuestos y gravámenes del pecado son infinitamente más gravosos que los tributos de la religión. El meñique de la concupiscencia es más pesado que los lomos de la ley. Las piezas de plata entregadas a Dios son reemplazadas con piezas de oro. C. H. S.

Dispersa a los pueblos que se complacen en la guerra.
La iglesia de Dios nunca ha carecido de enemigos, y nunca le faltarán. «No hay paz para los malvados», dice Dios; «no habrá paz para los piadosos», dicen los malvados. Los malvados no tendrán la paz que puede dar Dios; los impíos no tendrán la paz que los malvados pueden quitar. Thomas Wall

Cuando los enemigos de Dios levantan las manos contra la iglesia, es hora de que la iglesia se postre de rodillas ante Dios para implorar su ayuda contra estos enemigos. Las oraciones santas son más poderosas que las espadas profanas. Thomas Wall en Un comentario sobre los tiempos

Vers. 31. Vendrán príncipes de Egipto; Etiopía se apresurará a extender sus manos hacia Dios. Apresura este día, Señor, en que tanto la civilización como la barbarie de la tierra te adorarán; ¡Egipto y Etiopía se unirán en común en tu adoración! Aquí hay la confianza de tus san tos, a saber, tu promesa; apresúralo en tu propio tiempo, buen Dios.

Vers. 32. Reinos de la tierra, cantad a Dios. Felices los hombres para los cuales Dios es un objeto constante de culto gozoso, porque con los impíos no es así. C. H. S.

Cantad al Señor.
De nuevo sea engrandecido Dios; es posible pecar en exceso contra Dios, pero no cantar en exceso. C. H. S.

Vers. 33. Al que cabalga sobre los cielos de los cielos, que son desde la antigüedad; he aquí dará su voz, poderosa voz; una voz poderosa y profunda, como la del evangelio, cuando va acompañada del poder y del Espíritu de Dios. Hace temblar el alma y despierta; funde el corazón y lo quebranta; aviva e ilumina; aviva a los pecadores muertos y les da vida, y al penetrar en la mente oscurecida la ilumina, atrae al alma, la lleva a Cristo, enciende 105 afectos hacia Él y llena de deleite y placer inefables. John Gill

El poder de la voz de Cristo cuando estaba en la tierra se veía en los efectos que siguieron cuando dijo: «Muchacho, levántate»; «Lázaro, sal fuera»; «Calla, y enmudece»; y se verá aún más cuando «todos los que están en las tumbas oirán la voz del Hijo del hombre y saldrán fuera». George Horne

Vers. 34. Reconoced el poder de Dios. Que nunca, debido a nuestras dudas o nuestros desplantes arrogantes, pueda parecer que negamos el poder a Dios; por el contrario, al ceder ante El y confiar en El, que nuestros corazones reconozcan su poder. Cuando nos hemos reconciliado con Dios, su omnipotencia es un atributo del cual cantamos con deleite. C. H. S.

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