Charles Spurgeon Collection: Spurgeon - C.H. - Tesoro de David (Treasury of David): 085 Salmo 85

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Charles Spurgeon Collection: Spurgeon - C.H. - Tesoro de David (Treasury of David): 085 Salmo 85



TOPIC: Spurgeon - C.H. - Tesoro de David (Treasury of David) (Other Topics in this Collection)
SUBJECT: 085 Salmo 85

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SALMO 85

Tema y ocasión: Es la oración de un patriota en favor de su país que se halla postrado, en la cual pide al Señor las antiguas misericordias y por medio de la fe prevé días más alegres. Creemos que lo escribió David, aunque muchos lo ponen en duda. Ciertos intérpretes parece que se resisten a adscribir al Salmista David la paternidad de gran número de Salmos, y los atribuyen a montones a los tiempos de Ezequías, Josías, la Cautividad y los Macabeos. Es notable que, por regla general, cuanto más escéptico es un escritor, más decidido está a eliminar a David, en tanto que los comentaristas puramente evangélicos se contentan, en su mayor parte, con dejar al divino poeta la cátedra de la paternidad de los salmos.

Vers. 2. Perdonaste la iniquidad de tu pueblo. Con mucha frecuencia Dios lo había hecho, deteniéndose, para perdonar a su pueblo, cuando ya tenía la espada desenvainada para castigar. ¿Quién es un Dios perdonador como Tu-, oh Jehová? ¿Quién es lento para la ira y pronto a perdonar? Todo creyente en Jesús goza de la bendición del pecado perdonado, y debería considerar este don inapreciable como la garantía de todas las otras misericordias que, necesita. C. H. S.

Tú has llevado y puesto a un lado la iniquidad.
Esta es una alusión a la ceremonia del macho cabrío. Adam Clarke

Todos los pecados de ellos son cubiertos.
Cuando se nos dice que Dios ha cubierto el pecado, no lo ha hecho como cuando se pone un emplasto sobre una llaga, con lo cual deja de estar a la vista solamente, sino que Él lo cubre con un ungüento que efectivamente lo cura y lo elimina. Bellarmine

Vers. 4.
Restáuranos, oh Dios de nuestra salvación. La conversión es el alba de la salvación. El volver un corazón a Dios es tan difícil como hacer que el mundo gire sobre su eje.

Vers. 5. ¿Estarás enojado contra nosotros para siempre? Es natural que nuestros enemigos estén siempre llenos de ira, pero ¿estarás Tú, nuestro Dios, enojado para siempre contra nosotros? Toda palabra es un argumento. Los hombres, en una situación verdaderamente apurada, nunca malgastan las palabras.

Vers. 6. Para que tu pueblo se regocije en ti. Un avivamiento genuino sin que haya gozo en el Señor es tan imposible como una fuente sin flores o una aurora sin luz. Si vemos que hay desánimo en nuestra alma o en los corazones de los demás, nos corresponde hacer mucho uso de esta oración, y si por otra parte estamos gozando de la presencia del Espíritu y de lluvias de gracia, abundemos en gozo santo y hagamos que el gozarnos en Dios sea nuestro deleite constante. C. H. S.

Bernardo, en su sermón número quince sobre los Cantares, dice: «Jesús es miel en la boca, melodía en el oído, gozo en el corazón. ¿Hay alguno entre nosotros que estén tristes? Que Jesús entre en su corazón, y luego se muestre en su rostro, y he aquí que delante del resplandor que se levanta de su nombre, toda nube se desvanece y regresa la serenidad.»

Orígenes, en su décima homilía sobre el Génesis, comenta que Abraham se regocijó no en las cosas presentes, ni en las riquezas de las palabras, ni en hechos temporales. Si no, ¿queréis saber de dónde sacó su gozo? Escuchad al Señor hablando a los judíos (Juan 8:56): «Vuestro padre Abraham se regocijó de que había de ver mi día; lo vio, y se regocijó»; la esperanza hizo un cúmulo de gozo para él. Le Blanc

El pecado mata verdaderamente. Los hombres están muertos en sus delitos y pecados, muertos en la ley, muertos en sus afectos, muertos en la pérdida de una comunión consoladora con Dios. Probablemente la mayor herejía práctica de nuestros tiempos es la idea tan baja que tenemos de nuestra condición desgraciada bajo la culpa y el dominio del pecado. En tanto que ésta prevalece seremos lentos en clamar pidiendo un avivamiento. Lo que necesitan los pecadores y las iglesias es un avivamiento por parte del Espíritu Santo. William S. Plumer

Vers.
8. Escucharé. El ojo, como mero órgano de nuestros sentidos, ha de dejar paso al oído. Por tanto, agudamente observamos que nuestro Salvador, al ordenar que sea cortada la mano que peca, o el pie o el ojo (Marcos 9:43-47), no habla del oído.

Si tu mano, tu pie o tu ojo son causa de pecado, despréndete de ellos; pero no te separes de tu oído, que éste es un órgano por el que se llega a la salvación del alma.

Como dice aquí Cristo, un hombre puede entrar en el cielo cojo, como Mefiboset; ciego, como Barzilai; manco, como el que tenía la mano paralizada del Evangelio; pero si no tiene oído para escuchar y saber cuál es el camino, no puede tener pie para entrar en el cielo.

Bernardo da esta descripción de un buen oído: El que de buena gana escucha lo que se le enseña, entiende con sabiduría lo que oye, y practica con obediencia lo que entiende. Dame un oído así, Señor, y mi oreja será un órgano del que cuelguen joyas de oro, ornamentos de alabanza. Thomas Adams

Para que no vuelvan a la locura.
Los que se hacen atrás deberían estudiar este versículo con el mayor cuidado; les consolará y los advertirá, les hará volver a sus promesas y, al mismo tiempo, los inspirará de sano temor para que no se aparten más aún. El volver a la locura es peor que ser necio una vez; indica obstinación y mala voluntad, envuelve al alma en un pecado siete veces mayor. No hay peor necio que el hombre que quiere serlo, le cueste lo que le cueste.

Vers. 9. Ciertamente cercana está su salvación a los que le temen. Si la salvación está cercana a los pecadores que la buscan, con toda seguridad está muy cerca de aquellos que, habiendo gozado de ella un tiempo, han perdido su gozo presente a causa de su locura; basta con que se vuelvan al Señor, y gozarán de ella otra vez. C. H. S.

Vers. 10. La misericordia y la verdad se encontraron; la justicia y la paz se besaron. Dios es tan fiel como si hubiera hecho cumplir cada letra de sus amenazas, tan justo como si nunca hubiera hablado de paz a la conciencia del pecador; su amor resplandece en esplendor no empañado, y ninguna de sus características bienaventuradas queda eclipsada por él.

Es costumbre de los pensadores (?) modernos burlarse de la idea del sacrificio sustitutivo de nuestro Señor; pero si ellos alguna vez hubieran sentido el peso del pecado sobre una conciencia despertada espiritualmente, cesarían en su ridiculización vana.

La doctrina de la expiación que éstos defienden ha sido descrita por el Dr. Duncan como la admisión vaga de «que el Señor Jesucristo hizo algo, más o menos, que de alguna forma está en relación con la salvación del hombre». Esto es lo que ellos ponen en lugar de la sustitución. Nuestros hechos son infinitamente superiores a sus sueños, y, con todo, ellos se burlan. Es comprensible que el hombre natural obre de esta forma. No podemos esperar que los animales den mucha importancia a los descubrimientos de la ciencia, ni tampoco podemos esperar que los hombres no espirituales den el aprecio debido a la solución de los problemas espirituales; están muy por encima de su campo de visión. Entretanto, a los que se regocijan en la gran reconciliación les corresponde seguir asombrándose y adorar. C. H. S.

Estos cuatro atributos divinos se alejaron de nosotros cuando Adán cayó, y se encuentran de nuevo en el nacimiento de Cristo. George Horne

Para José resultó un bien caer en la cautividad; para Naamán, el ser leproso; fue bueno para Bartimeo el ser ciego, y para David el que se hallara en medio de la tribulación. Bradford dio más gracias a Dios por sus prisiones que por diversiones o placeres. Todas las cosas redundan en bien para los fieles, y así la misericordia y la verdad de Dios se encuentran, la justicia y la paz se besan. John Boys

Vers. 11. Y la justicia mirará desde los cielos, Como si abriera de par en par las ventanas y se asomara para contemplar a un pueblo penitente, a quien no habría mirado antes sin una indignación que habría sido fatal para ellos. Esta es una escena deliciosa. La tierra ofrece flores de verdad, y el cielo brilla con estrellas de santidad; las esferas se hacen eco la una de la otra, o son espejos de las hermosuras de las otras. «La tierra alfombrada de verdad y con un dosel de justicia» será un cielo acá abajo. Cuando Dios hace descender su mirada con misericordia, el hombre hace ascender su corazón en obediencia. C. H. S.

Vers. 12.
Se ha objetado algunas veces que la doctrina cristiana del milenio no puede ser verdadera porque la tierra no puede ofrecer sostenimiento a los incontables millones que se acumularían en ella si las guerras y los vicios no diezmaran la población de la misma.

Pero, dejando a un lado las respuestas pertinentes que ya se han dado a esta objeción, hallamos una aquí que cubre todo el terreno: nuestra tierra dará su cosecha. De vez en cuando la cosecha es altamente copiosa, y tenemos una muestra de lo que Dios puede hacer si quiere. Sin necesidad de milagro alguno puede hacerla mucho más fructífera de lo que ha sido nunca. William S. Plumer

Vers. 13. La justicia irá delante de él, y la paz seguirá sus pisadas. Se cuenta en la historia de Bohemia que san Wenceslao, su rey, una noche de invierno en que se dirigía hacia una iglesia remota para sus devociones, caminaba descalzo sobre la nieve y el hielo; su siervo Podavivus le seguía y procuraba imitarle en su condición de penitente, pero empezó a desmayar por la aspereza del hielo y la nieve; en vista de ello el rey le mandó que al seguirle pusiera el pie en la misma huella que él había dejado al avanzar precediéndole en el camino; el siervo lo hizo, y halló alivio, real o imaginario, y pudo seguir a su príncipe; lo imitó, fuera por la vergüenza o por su celo renovado.

De la misma manera nos trata el bendito Jesús; porque cuando nuestro camino es difícil, oscuro, lleno de peligros y obstáculos, fácil de ser confundido y fácil de abatir nuestra diligencia, Él, nos manda que sigamos sus pisadas, que pongamos los pies donde El los puso, y no sólo nos invita a seguir adelante por medio de su ejemplo, sino que El ha allanado gran parte de la dificultad y ha hecho el camino más fácil y; apropiado para nuestros pies.

Porque El conoce nuestras debilidades, y El mismo tuvo la experiencia de nuestras circunstancias excepto en lo que se refiere al pecado; y, por tanto, El nos prepara un camino apropiado para nuestra fuerza y capacidad; y, así como a Jacob, que anduvo con calma y sosiego con los hijos y los rebaños, nos conforta con su compañía y la influencia de su guía perpetua. Jeremy Taylor

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