Charles Spurgeon Collection: Spurgeon - C.H. - Tesoro de David (Treasury of David): 112 Salmo 112

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Charles Spurgeon Collection: Spurgeon - C.H. - Tesoro de David (Treasury of David): 112 Salmo 112



TOPIC: Spurgeon - C.H. - Tesoro de David (Treasury of David) (Other Topics in this Collection)
SUBJECT: 112 Salmo 112

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SALMO 112



El Salmo ciento once habla del gran Padre, y esto describe a sus hijos renovados según su imagen. El Salmo no puede verse como una exaltación del hombre, porque comienza con un Aleluya: Alabad al Señor, y su objeto es dar a Dios todo el honor debido a su gracia que es manifestada en los hijos de Dios. C. H. S.



Vers. 1. Y en sus mandamientos se deleita en gran manera. La palabra hebrea chaphets es más bien enfática, lo cual significaba algo así como que «tiene placer», y que yo lo he traducido como «se deleita». Porque el profeta hace distinción entre un esfuerzo voluntario y rápido para guardar la ley y el que consiste en una obediencia meramente servil y constreñida. Juan Calvino



Vers. 2. La generación de los rectos será bendita. El hombre piadoso puede ser perseguido, pero no será abandonado; las maldiciones de los hombres no pueden privarle de la bendición de Dios, porque las palabras de Balaam siguen siendo verdaderas: «Él ha bendecido y yo no puedo cambiarlo» El temor de Dios y el andar rectamente es una nobleza más alta que la que puede conceder la sangre o el nacimiento. C. H. S.



Vers. 3. Bienes y riquezas hay en su casa. Si entendemos el pasaje espiritualmente, es verdadero Qué riqueza puede igualarse al amor de Dios? ¿Qué riqueza puede 6rivalizar la del corazón contento? No importa si el tejado e s de paja o el suelo de guijarros; el corazón alegrado por el favor del cielo es «rico en todos los sentidos de la felicidad». C. H. S.



Vers. 4. Luz. Tinieblas. En tanto que estamos en la tierra estamos sometidos a una triple «oscuridad»: la oscuridad del error, la oscuridad de la aflicción y la oscuridad de la muerte. Para disiparías, Dios nos visita, en su Palabra, con una triple «luz»: la luz de la verdad, la luz del consuelo y la luz de la vida. George Horne



Es clemente, misericordioso y justo. Esto se dice de Dios en el versículo cuatro del Salmo ciento once, y ahora las mismas palabras son usadas respecto a su siervo; con ello se nos enseña que cuando Dios hace a un hombre recto, le hace como El mismo. C. H. S.



Ver. 5. El hombre de bien tiene misericordia, y presta. Considera que este poder para hacer bien es una capacidad peligrosa a menos que la usemos. Recordemos que es Dios el que da la riqueza, y que El espera un rendimiento de ella. No vivas de forma tan inhumana como si Nabal y Judas hubieran vuelto al mundo. Thomas Temson



Gobierna sus asuntos con juicio. ¡Ay!, algunos que se dicen hombres buenos actúan como si hubieran perdido el sentido; esto no es religión, sino necedad. La verdadera religión es sentido común santificado. La atención a las cosas del cielo no requiere el descuido de los asuntos de la tierra; al contrario, el que ha aprendido a hacer negocios con Dios, debería estar bien preparado para hacer negocios con los hombres. Los hijos de este mundo son en su generación, con frecuencia, más prudentes que los hijos de luz, pero esto no es razón para que este proverbio siga siendo verdadero. C. H. S.



Hay una historia referente a varios antiguos Padres que fueron a san Antonio inquiriendo de él qué virtudes llevaban a la perfección en línea recta,, de modo que un hombre pudiera esquivar las trampas de Satanás. El mandó a cada uno que diera su opinión; uno dijo que velar y ser sobrio; otro, ayunar y disciplina; otro, la oración en humildad; un cuarto, dijo que pobreza y obediencia; y otro, piedad y obras de misericordia.



Pero cuando todos hubieron opinado, su respuesta fue que todas aquéllas eran gracias excelentes en verdad, pero que el buen juicio o cordura era la principal de todas. Y así es, sin la menor duda; siendo la misma Auriga virtutum, la guía de todas las acciones virtuosas y religiosas, el moderador y ordenador de todos los afectos, porque todo lo que se hace con ella es virtuoso, y lo que se hace sin ella es vicio.



Una onza de cordura se dice que vale una libra de conocimiento. Como el celo sin conocimiento es ciego, el conocimiento sin cordura es cojo, como una espada en manos de un loco, puede hacer mucho, pero nada bueno. John Spencer



Vers. 6. En memoria eterna será el justo. Las majestuosas y perdurables pirámides de Egipto no han transmitido a la posteridad ni aun el nombre del que fue enterrado en ellas. Y ¿qué resultado ha producido, incluso, el embalsamar a los muertos sino hacer que las momias hayan pasado a estar expuestas ante todo el mundo como espectáculos para los curiosos, de miseria o de horror?



Pero la piedad de Abraham, de Jacob, de David, de Samuel, de Ezequiel, de Josías y otros es celebrada hasta el día de hoy. Así, cuando las pirámides se desmoronen y los mares cesen de agitarse, cuando el sol, la luna y las estrellas dejen de existir, «en memoria eterna será el justo». John Dun



Vers. 7. Su corazón está firme. Establecido de modo intrépido. Así Moisés, con el mar Rojo delante y los enemigos egipcios detrás (Exodo 14:13); Josafat delante de la horda amonita de invasores (2º Crónicas 20:12, 15, 17); Asá delante de Zera, el etíope con un millón de hombres y trescientos carros (22 Crónicas 14:9-12).



Compara la confianza intrépida de David el perseguido con lps sentimientos de pánico de Saúl en la invasión filistea que va a visitar a la hechicera en busca de ayuda. ¡Qué atrevidos fueron los tres jóvenes ante el horno encendido de Nabucodonosor! ¡Qué valeroso Esteban delante del concilio! Basilio podía decir, en respuesta a las amenazas del César Valente: «Estos espantajos sólo asustan a los niños.» Atanasio dijo de Julián, su perseguidor: «Es una niebla que pronto desaparecerá.» A. R. Fausset



Vers. 9. Reparte, da a los pobres. Lo que ha recibido lo distribuye; y lo distribuye a aquellos que más lo necesitan. El era el reservorio de Dios, y de su abundancia fluían ríos de generosidad para suplir a los necesitados. Si ésta es una de las marcas de un hombre que teme al Señor, hay algunos que se hallan sorprendentemente destituidos de ella. Hay mucho acopio, pero poca distribución; se gozan al ser bendecidos recibiendo, pero raramente saborean el mayor goce de dar. «Mas bienaventurada cosa es dar que recibir»; quizá crean que la bendición de recibir ya es bastante para ellos. C. H. S.



Vers. 10. El último versículo expresa de modo bien patente el contraste entre el justo y el impío, haciendo la bendición del hombre piadoso más notable. Generalmente vemos al Ebal y Gerizim, la bendición y la maldición, puestos el uno frente al otro, para investir a los dos de gran solemnidad.

Lo verá el impío y se irritará. El impío verá primero el ejemplo de los santos para su propia condenación, y por fin contemplará la dicha de los piadosos, lo cual aumentará su desgracia eterna. El hijo de ira se verá obligado a presenciar la bienaventuranza de los justos, aunque la vista le haga crujir de dientes en su corazón. Se angustiará y enfurecerá, se lamentará e irritará, pero no podrá impedirlo, porque la bendición de Dios es segura y efectiva. C. H. S.



La visión de Cristo en la gloria con sus santos, en una forma inexpresable, atormentará a los que crucificaron al uno y persiguieron a los otros; así como les mostrará las esperanzas y deseos de sus adversarios concedidos de pleno, y todos su propios «deseos» y designios frustrados para siempre, les excitará a envidia, la cual se apoderará de ellos, les producirá pena, una pena que no podrá ser consolada, dará nacimiento a un gusano que no muere, y aventará los fuegos que nunca se apagarán. George Horne



Es un rasgo del diablo no confundir la naturaleza de la virtud y estimarla mala, sino odiarla precisamente por la razón de que es buena y, por tanto, opuesta a sus designios. Los malos, como emisarios suyos, se le parecen en esto, y les molesta que lo hediondo de sus vicios sea hecho conspicuo al ser colocados cerca de la luz de un ejemplo virtuoso. William Berriman



Crujirá de dientes y se consumirá. Trituraría a los justos entre las muelas, si pudiera. Y se consumirá. El calor de su pasión le derretirá como la cera, y el sol de la providencia de Dios le disolverá como la nieve, y al final el fuego de la venganza divina le consumirá como el sebo de los carneros. ¡Qué terrible ha de ser una vida que, como el caracol, a medida que avanza va dejando una estela de baba detrás! C. H. S.



Este Salmo es un banquete de sabiduría celestial; y como Basilio dice de otra parte de la Escritura, asemejándola a la oficina de un apotecario, así también este libro de los Salmos puede ser comparado muy bien: en que hay tantas clases distintas de medicinas que todos pueden hallar en ella algo conveniente para su enfermedad. T. S.



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