Charles Spurgeon Collection: Spurgeon - C.H. - Tesoro de David (Treasury of David): 136 Salmo 136

Online Resource Library

Commentary Index | Return to PrayerRequest.com | Download

Charles Spurgeon Collection: Spurgeon - C.H. - Tesoro de David (Treasury of David): 136 Salmo 136



TOPIC: Spurgeon - C.H. - Tesoro de David (Treasury of David) (Other Topics in this Collection)
SUBJECT: 136 Salmo 136

Other Subjects in this Topic:

SALMO 136



No sabemos quién escribió este Salmo, pero sabemos que era cantado en el Templo de Salomón (2º Crónicas 7:3-6), y que los ejércitos de Josafat lo cantaron en su victoria en el desierto de Tecoa. C. H. S.



Salmo en conjunto: Cuando, en tiempo del emperador Constancio, san Atanasio fue atacado de noche en su iglesia de Alejandría por Sirianus y sus tropas, y muchos fueron heridos y asesinados, el obispo de Alejandría estaba sentado en su sitial y ordenó al diácono que empezara este Salmo, y el pueblo contestó, alternando: «Porque su misericordia es para siempre.» Christopher Wordsworth



Vers. 1. Alabad a Jehová, porque Él es bueno. Damos gracias a nuestros padres; demos gracias a nuestro Padre celestial; estamos agradecidos a nuestros benefactores; demos gracias al Dador de todo bien. C. H. S.



Porque para siempre es su misericordia. Esto se repite cuatro veces en el Salmo 118:l-4. Esta frase es el asombro de Moisés, la suma de la revelación y la esperanza del hombre. James G. Murphy



Hay muchas cosas buenas en la Palabra de Dios, pero el nombre de misericordia es la palabra más dulce de todas las Escrituras y hace que David la repita veintiséis veces en este Salmo. Henry Smith



La misericordia es agradable a Dios. No le cuesta mucho tener misericordia. Es su deleite; nunca nos cansamos nosotros de recibirla; por tanto, El no puede cansarse de darla; porque es mayor bendición el dar que el recibir; así también Dios tiene más contento en una cosa que en la otra. Robert Harris



La bondad de Dios es una fuente; nunca se seca. Así como la gracia es desde el comienzo del mundo (Salmo 25:6), también persiste hasta el fin del mundo, una generación tras otra. La salvación no es algo temporal; la gracia no va unida a estaciones. Noé tuvo parte en esta salvación lo mismo que Abel; Moisés igual que Jacob; Jeremías igual que David; Pablo igual que Simeón.



Los propósitos de gracia de Dios no los ahogó el diluvio, el humo de Sinaí no los sofocó, la cautividad no los terminó, el fin del mundo (según Pablo) no los determina. Porque Cristo, por quien la tenemos, fue inmolado desde el principio (san Juan nos lo dice). Cristo fue antes que Adán; El mismo lo dice. Y Clemente de Alejandría hace injusticia a Marción (aunque éste fuera un hereje) al acusarle de defender que Cristo salvó a aquellos que habían creído en El antes de su encarnación. La sangre de los animales bajo la ley era un tipo de Cristo. Y las cicatrices de sus heridas se ven todavía, y siempre, hasta que El venga para juicio. El apóstol dice: Él es hen y hodi y semper idem: Cristo es el mismo ayer y hoy y para siempre. Richard Clerke



Vers. 1 y 3. Alabad, dad gracias.



¿Cómo? ¿Dar gracias a Dios por todo,

suceda lo que suceda,

por negras que sean las nubes?

Sí, da gracias a Dios por todo,

Porque te guía fielmente, de la mano,

hasta tu patria bendita.

¿Cómo? ¿Dar gracias por esta senda solitaria

que me ha dado;

por un camino que cada día

parece alejarse del cielo?

Sí, da gracias a Dios porque te guía de la mano

hasta tu patria bendita.



Te resguarda de todo daño con su escudo

si la ruta es empinada,

te sostiene con su brazo

y te preserva seguro,

aunque tú no lo entiendas,

hasta que llegues a tu patria.



¡Qué bendición será que Él,


que conoce lo que es bueno para ti,

te proteja en el camino del mal

mientras vas avanzando por él.

Confía, pues, en El, y no dejes su mano,

mientras te guía hacia tu patria.

El Tesoro Cristiano



Vers. 2. Alabad al Dios de los dioses. Si el pagano da culto a sus dioses con celo, ¡cuánto más debemos nosotros dárselo al Dios de dioses el único Dios verdadero y real! Algunas personas necias han deducido de este versículo la idea de que los israelitas creían en la existencia de muchos dioses y, al mismo tiempo, que Jehová era el principal de ellos; pero esto es una inferencia absurda, puesto que los dioses que tienen a Dios por encima de ellos no es posible que sean dioses a su vez.



Porque para siempre es su misericordia. ¡Imaginémonos a la Deidad suprema sin misericordia para siempre! Sería, más bien, una fuente de terror que una fuente de agradecimiento como es ahora. C. H. S.



Vers. 4. Al único que hace grandes maravillas. ¿Qué han hecho los dioses de los paganos? Si la cuestión ha de resolverse por sus hechos, Jehová es verdaderamente «único». Es en extremo maravilloso que los hombres adoren dioses que no pueden hacer nada y olviden al Señor, que es el único que hace grandes maravillas. C. H. S.



Es el «único» que hace grandes maravillas? Esto significa que El las hace por sí mismo, sin ayuda, sin colaboración de sus criaturas.



Como el Nilo desde Nubia al Mediterráneo se desliza en una longitud de mil trescientas millas en solitaria grandeza, sin recibir ni un afluente, en tanto que él dispensa fertilidad y abundancia por donde pasa, así también «sólo» nuestro Dios hace maravillas (ver Deuteronomio 32:12; Salmo 72:18, etc.). No necesita ayuda; por sí solo Él hace la obra, y todas sus obras son dignas de Dios. Así pues, no tenemos necesidad de otro; somos independientes de todos los demás; todas nuestras fuentes se hallan en El. Andrew A. Bonar



Los cristianos no deberían avergonzarse de los misterios y milagros de su religión. Algunas veces, en los últimos años, se ha manifestado una disposición a retraerse de la defensa de lo sobrenatural en la religión. Esto es un gran error. Si se renuncia a los milagros en la verdadera religión no queda nada que tenga poder suficiente para conmover al corazón para adorar; y sin adoración no hay piedad. Wm. Plumer



Cuanto más vivo, oh Dios mío, más me asombro de las obras de tus manos. Veo a un artífice tan admirable en la más pequeña y humilde de todas tus criaturas, que cada día me asombra más la observación.



No necesito mirar hasta el cielo para hallar material de que maravillarme aunque lo hay allí infinitamente glorioso; me basta ver una araña en mi ventana, o una abeja en el jardín, o un gusano a mis pies; cada uno de ellos me abruma con un sentimiento de asombro; con todo, no puedo ver más que su exterior; su interior, que es la sede de su ser y actividades, no puedo penetrarlo.



Cuanto menos puedo comprender, Señor, más me asombro; y cuanto menos quedo satisfecho en lo que entiendo, más me maravillo de tus obras; déjame, pues, adorarte más a Ti por tu omnipotencia, que las has hecho todas. Joseph Hall



Vers. 5. Al que hizo los cielos con maestría. Hayamos que Dios ha formado los cielos con sabiduría, para declarar su gloria y mostrar la obra de sus manos. No hay quien sostenga con su mano los planetas en sus órbitas, pues se mueven libremente en el espacio, sin cambiarlas, sin ser perturbados por nada en sus majestuosos círculos.



Todo el sistema forma una gran pieza complicada de maquinaria celestial; círculo dentro de círculo, rueda dentro de rueda; revoluciones tan rápidas que se completan en unas horas, movimientos tan lentos que para contar su período se necesitan millones de años. The Orbs of Heaven



Vers. 6. Al que extendió la tierra sobre las aguas. Son pocos los que piensan en la sabiduría y poder divinos que realizaron todo esto; no obstante, si un continente se ha levantado o ha caído una pulgada dentro del recuerdo histórico, el hecho es registrado en los intercambios de las sociedades científicas y discutido en las reuniones de los filósofos. C. H. S.



Vers. 7. Al que hizo las grandes lumbreras. El Salmista está haciendo un cántico para la gente común, no para los sabios, y así canta al sol y la luna que aparecen ante nosotros como las grandes lumbreras. C. H. S.



Vers. 8. Porque para siempre es su misericordia. Día tras día proclaman la misericordia del Señor; cada rayo de sol es una misericordia, porque cae sobre pecadores que no los merecen y que sin ellos tendrían una tierra sumida en las tinieblas más hoscas, y la tierra sería un infierno. C. H. S.



Vers. 9. La luna y las estrellas para que señoreasen en la noche. Así que en todas las edades la luna ha sido considerada por toda clase de hombres con sentimientos de gozo y de admiración. Homero



Gozamos de todas las ventajas que nos ofrecen los astros, como si hubieran sido creados solamente para el uso de nuestro mundo, en tanto que, al mismo tiempo, sirven a la diversificación del cielo nocturno de otros planetas, y para difundir su luz e influencia sobre millares de millares de otros mundos con los cuales están relacionados mas directamente, de modo que, en este aspecto, así como en todos los demás, el Todopoderoso produce los efectos más sublimes y diversificados por los medios más simples y económicos, y hace que cada una de las partes del universo esté subordinada a las otras y al bien del conjunto. Thomas Dick



Cuando Napoleón cruzó el Mediterráneo en su expedición a Egipto, llevó consigo a una compañía de sabios que prestaron grandes servidos en muchas maneras. Entre ellos, sin embargo, como podía esperarse en aquella época, había no pocos de la escuela de Diderot y de Voltaire.



Napoleón, para su propia instrucción y diversión a bordo, animaba las discusiones entre ellos, y en una ocasión ellos emprendieron la tarea de mostrar, por medio de lógica y metafísica infalibles, que no hay Dios.



Bonaparte, que aborrecía a todos los ideólogos, razonadores abstractos y demostradores lógicos, no importaba qué trataran de demostrar, no intentó discutir con ellos, pero, yendo a cubierta, y señalando las estrellas en el cielo de la noche, les replicó a modo de contra-argumento: «¡Muy bien, señores! ¿Quién las hizo?» George Wilson



Porque su misericordia es para siempre. Los guías e iluminadores nocturnos de los hombres, en tierra y mar, no son para un período determinado, sino que son para siempre. Brillaron sobre Adán y brillan sobre nosotros. Así pues, son una garantía de la gracia sin fin hacia los hombres. C. H. S.



Vers. 12. Porque su misericordia es para siempre. Si con una plaga no les deja partir, entonces habrá diez; pero acabarán siendo libres a la hora designada; ni un israelita quedará bajo el poder de Faraón. Dios va a usar no sólo su mano, sino su brazo. Su poder extra-ordinario será puesto en acción, y su propósito de misericordia no fallará. C. H. S.



Vers. 13. Al que dividió el Mar Rojo en dos partes. El abrió un camino sobre el fondo del mar, haciendo que se dividieran las aguas a uno y otro lado. Los hombres niegan los milagros, pero si admitimos que hay un Dios, es fácil creer en los milagros. Como me sería necesario ser un ateo para poder negar lógicamente los milagros, prefiero la dificultad mucho menor de creer en el poder infinito de Dios.



Él hace que las aguas del mar, permanezcan en su sitio, y El puede también hacer que se separen. El puede hacer precisamente lo que quiere, y hará lo que sea necesario para la liberación de su pueblo. C. H. S.



Vers. 14. Porque su misericordia es para siempre. La misericordia abrió la ruta, la misericordia alentó a la hueste de Israel, la misericordia les hizo descender, y la misericordia los hizo subir al otro lado. La misericordia llega hasta el fondo del mar. La misericordia puede llegar a esto: no hay fin a la misma, no hay obstáculo en su camino, no hay peligro para los creyentes cuando Jehová está alrededor y dice: «Adelante». Sea éste nuestro santo y seña, como fue el de Israel, porque la misericordia nos rodea por todas partes.



A través del fuego o a través del mar,

su misericordia nos ha de guardar

C. H. S.



Vers. 15. Porque su misericordia es para siempre. El pecado es pura auto condenación. El pecador se hunde porque decide hacerlo, y si descubre un día que ya es demasiado tarde para poder regresar, ¿no ha de recaer su sangre sobre su propia cabeza? El que es impenitente, por terrible que sea su destino, no es un testigo en contra de la misericordia, sino que ésta aumenta su miseria, porque persistió desafiando la misericordia y no quiso ceder a Aquel cuya misericordia es para siempre. C. H. S.



Vers. 16. Al que pastoreó a su pueblo por el desierto. Los tratos de Dios son misteriosos, pero han de ser rectos, simplemente porque son suyos. ¡Qué multitud de misericordias hay comprendidas en el hecho de conducir una multitud tan inmensa por una región en la que no hay provisiones ni para un solo caminante! C. H. S.



Vers. 18-20. La persona irreligiosa en nuestros tiempos puede aprender de esto a vigilar en qué forma cometen injusticias contra los fieles. Dios es «sabio en el corazón y poderoso en fuerza» (Job_9:4). ¿Quién hay que haya intentado oponerse con furor contra su pueblo y haya prosperado? Por amor a ellos destruyó a reyes grandes y poderosos.



A Sehón rey de los amorreos... y a Og rey de Basán. El puede arrancar las ruedas de tu carro, derribarte, hacer que tu corazón desfallezca de temor, y en un momento demandarte el alma; mejor sería que te colgaran del cuello una piedra de molino y te echaran al mar, que no que escandalizaras al más pequeño de estos fieles; pues Dios los ama con ternura, como a la niña de su ojo. John Barlow



Vers. 20. Y a Og rey de Basán. Este era de la raza de gigantes, pero fue derrotado como un pigmeo cuando entró en lucha con el Dios de Israel. El pueblo de Israel fue llamado a combatir contra él, pero fue Dios quien ganó la victoria. C. H. S.



Vers. 20. Cuando Og rey de Basán entró en el campo de batalla era un gigante, un enemigo terrible, pero él también cayó. Y la misericordia que dio cuenta de enemigos tan grandes y fuertes, uno tras otro, «permanece para siempre».



Cuando el Anticristo apreste sus huestes en los últimos días para atacar la iglesia, uno tras otro, los grandes, los famosos, los poderosos, los nobles, los gigantescos, todos perecerán: «porque para siempre es su misericordia.» Andrew A. Bonar



Vers. 23. En nuestro abatimiento se acordó de nosotros. El hecho de que el Señor piense en nosotros ya es un acto de misericordia. Nuestro estado era lamentable, éramos mendigos en plena miseria. Nuestra condición era de abatimiento, enfermedad, pobreza, pecaminosa, sin amor, sin fe, sin ninguna otra gracia; y, con todo, el Señor no nos había olvidado, no nos había sacado de su mente como algo muerto, sino que nos recordaba todavía con ternura. Nosotros pensábamos que éramos demasiado insignificantes y sin valor para que El nos recordará, pero nos recordaba. C. H. S.



La palabra «recordar» está llena de significado. Es pensar en otro, en oposición a olvidar. Pero el hecho de que otro nos tenga en su memoria no significa que haya de resultar ningún beneficio para nosotros. Pero no podemos estar en la memoria de Dios sin que ello sea un beneficio para nosotros.



Porque su misericordia es para siempre. No hay razón alguna para que nos sea dado algo de gracia, sino la gracia misma; no hay razón para recibir misericordia, sino la misma misericordia. Se acordó de nosotros, «porque para siempre es su misericordia». Ralph Venning



Vers. 24. Y nos rescató de nuestros enemigos. El pecado es nuestro enemigo, y somos redimidos del mismo por la sangre expiatoria; Satanás es nuestro enemigo, y somos rescatados del mismo por el poder del Redentor; el mundo es nuestro enemigo, y somos rescatados del mundo por el Espíritu Santo. Somos rescatados; gocemos de nuestra libertad; Cristo ha obrado nuestra redención; alabemos su nombre. C. H. S.



Si el final de una misericordia no fuera el comienzo de otra, estaríamos perdidos. Philip Henry



Vers. 25. El que da alimento a todo ser viviente. Se dice de Edward Taylor, conocido, más bien, como «Padre Taylor», el marinero predicador de Boston, que sus oraciones eran más bien expresiones de una mente oriental, abundante en imágenes, que de hijo de nuestros climas fríos occidentales.



El domingo antes de partir para Europa, estaba rogando al Señor que cuidara bien de su iglesia durante su ausencia. De repente se paró y exclamó: «¿Qué he hecho? ¿Desconfiar de la providencia del cielo? Dios, que da a una ballena toneladas de arenques para desayunar, ¿no va a cuidar a mis hijos?»; y prosiguió, terminando su oración en un tono de mayor confianza. C. H. S.



***